Si te encuentras leyendo este artículo, es muy probable que tú y yo tengamos dos cosas en común. Ambos tenemos un estilo afectivo correspondiente al apego ansioso, y ambos nos hemos involucrado en una relación tóxica.

 

La diferencia probable entre nosotros es que yo salí de varias relaciones tóxicas pasadas e identifiqué mi estilo de apego y sus implicaciones hace ya varios años.

Por tanto, si tienes un estilo de apego ansioso y te encuentras en una relación tóxica, me alegra decirte que has llegado al sitio adecuado. Voy a compartir contigo todo lo que he aprendido durante estos años sobre este tipo de apego y las (tremendas) implicaciones que tiene a la hora de relacionarnos con nuestras parejas íntimas.

 

En el caso de que no hayas leído anteriormente sobre los distintos tipos de apego, puedes consultar este artículo.

 

Vale, pero ¿Cómo sé si tengo apego ansioso?

En internet hay decenas de miles de artículos que tratan sobre el tema de los apegos y sus tipos, todos escritos desde el plano teórico. Pero aquí te voy a hablar de un lado mucho más práctico, y de mi caso personal.

 

 

Probablemente tengas apego ansioso si te ocurren este tipo de cosas en tus relaciones íntimas:

 

Cuando sales con alguien, frecuentemente te encuentras preocupado por la relación y pensando en tu pareja. Pierdes capacidad de concentración en tus tareas cotidianas y baja tu efectividad.

Crees que es una suerte que la otra persona se haya fijado en ti y esté dispuesta a ser tu pareja, por lo que te encuentras centrando toda tu atención en ella.

Sueles tener ansiedad con frecuencia, sobre todo cuando no estás con tu pareja. Te encuentras frecuentemente pensando en que estará haciendo la otra persona.

Si la otra persona se muestra inaccesible, aunque sea de manera circunstancial, tu ansiedad aumenta rápidamente. Esta sensación solamente se calma cuando vuelves a contactar con ella.

Crees  que esa persona es la última en el mundo de la que podrás enamorarte.

Cada conflicto de pareja que teneis, lo vives como una gran tragedia. Tienes miedo de que cada discusión sea la última y acabe en una ruptura.

Piensas que es casi imposible encontrar a una persona de la que enamorarte y que sea compatible contigo.

Deseas un gran grado de intimidad con tu pareja, en ocasiones a los pocos días de haberla conocido. A veces, la otra persona no accede a ese alto grado de intimidad y te sientes dolid@.

Cuando te encuentras en pareja, te centras tanto en ella que desatiendes otras actividades que antes te resultaban placenteras, así como amigos y familia.

Te encuentras pendiente de cada gesto, cada palabra de tu pareja, en busca de indicios que te digan si la relación marcha bien o mal. Necesitas continuamente saber en qué estado se encuentra la relación.

Vives las rupturas con gran angustia, creyendo que pierdes al amor de tu vida y que jamás encontrarás otro igual (paradójicamente esto te ocurre una y otra vez pero en cada ocasión lo sientes como real).

 

Si te sientes identificado con varias de estas situaciones, te invito a que te quedes conmigo y trabajemos juntos en ello.

 

 

 

LA HISTORIA AMOROSA DE UNA PERSONA CON APEGO ANSIOSO

He sufrido muchísimo por amor. Es una realidad.

 

Todo el mundo sufre por amor sí, pero yo sufría muchísimo más, y no sabía por qué. No tenía ni la más remota idea.

Vivía cada relación como si fuese la última, cada momento era muy intenso. Siempre que no estaba con mi amada la evocaba continuamente, le escribía cartas de amor (aún no había smartphones ni facebook) y me aterrorizaba la idea de una posible ruptura.

La primera pareja que tuve, allá por los 16 años, me dejó. Yo estaba muy enamorado de ella, quería estar a todas horas con ella y hacer planes a largo plazo juntos.

Pero ella parecía tener otro reloj interno para la relación. Cuando a mí se me hacía eterno un fin de semana separados, a ella parecía no afectarle demasiado.

Llegó el verano de aquel año y ella se marchaba a Inglaterra a aprender el idioma, y yo me quedaba aquí en Madrid más solo que la una…para mí fue una noticia fatal cuando lo que más quería era estar con ella.

 

Mis demandas de atención y de cercanía acabaron con su paciencia y un día ella decidió terminar la relación. Yo no entendía nada. Tuve que retirarme como soldado herido, sin entender cómo ella era capaz de manejar tan bien la situación, y yo tan mal.

Pasé meses casi sin apetito, con insomnio por las noches, y con varios y patéticos intentos fallidos de recuperarla (de hecho la alejaban más cada vez).

 

Esta dinámica se fue repitiendo en cada una de mis relaciones, pero en las dos siguientes, hubo algo distinto.

 

Aunque al principio mi comienzo fue el “típico” ansioso, una vez que nos ibamos conociendo, ellas supieron darme cercanía y seguridad, por lo que yo me iba tranquilizando y ganando confianza en ellas.

 

¿Qué me ocurría con estas parejas?

 

El apego ansioso se desactivaba porque había topado con una persona de apego seguro.

Este tipo de persona es capaz de transmitir a otra con apego ansioso que van a encontrarse disponibles siempre que ésta lo necesite, lo cual hace ya innecesaria la funcion del apego. La nueva pareja ha sido catalogada por tu cerebro como “persona segura”.

 

Pero en aquel momento yo desconocía por completo todo esto. Simplemente estuvimos juntos muchos años en dos relaciones sanas (consecutivas, ¡no vayas a pensar mal!), hasta que nuestros caminos de vida tomaron direcciones diferentes y llegó el momento de terminar.

Después de aquellas experiencias, creí que había superado aquellos “nervios” que me entraban cuando estaba conociendo a una chica nueva. Pero pude comprobar que el apego ansioso es un chip colocado MUY PROFUNDO en nuestra cabeza, y al poco de empezar una nueva relación, me ocurrían los mismos problemas de nuevo.

 

La cosa llegó a su punto álgido cuando se cruzó en mi vida una persona tremendamente tóxica (la cual descubrí a posteriori que tenía Trastorno Límite de Personalidad, puedes leer la historia completa aquí).

Mi tipo de apego ansioso y su personalidad abusiva fueron un cóctel tremendamente peligroso en el que yo fui el que peor parado salió. Mis creencias erróneas sobre la pareja me hacían permanecer una y otra vez en aquella relación pese al daño que me causaba.

 

En aquel momento yo no lo sabía, pero este tipo de apego me hacía mucho más vulnerable ante este tipo de personas. Todavía no era consciente de mi estilo afectivo y sus consecuencias.

 

 

¿QUE IMPLICACIONES TIENE SER UNA PERSONA CON APEGO ANSIOSO?

Bueno, si estás conmigo en este tipo de apego, probablemente has experimentado estas dificultades en tu vida amorosa:

 

Sufres mucho en cada relación sentimental.

Has tenido una o varias relaciones tóxicas que te ha costado cortar pese a saber que te hacían daño.

Te resulta difícil estar tiempos prolongados sin pareja y acabas saliendo con personas pese a que “no te convenzan del todo”.

Ensalzas a tu pareja mientras que te devalúas a ti mismo.

A causa de la ansiedad, muestras tu peor cara cuando conoces a alguien, pese a que seguramente tengas buenas cualidades.

Puedes acabar agobiando a la otra persona. Es posible que no entienda tu necesidad de proximidad y se distancie, creándote mayor angustia todavía.

 

En mi caso, tener este tipo de apego me trajo grandes complicaciones. Era como si dentro de mí hubiese dos personas.

 

– Cuando el apego ansioso estaba desactivado, yo era una persona racional, resolutiva, con habilidades sociales, un círculo social amplio y diversos proyectos e intereses personales.  Era efectivo en mi trabajo y no dudaba en la toma de decisiones.

– En el momento que entraba en mi vida una “posible pareja”, se activaba ese maldito chip y de pronto, me convertía en una persona insegura y dependiente emocional. Ya no me interesaba quedar con mis amigos ni ir a patinar o bucear, las cosas que antes me apasionaban ahora apenas me suscitaban emoción alguna. En cambio ella se convertía en el centro, todos los recursos iban destinados a pasar tiempo con ella y si ella no estaba disponible me entraba una angustia tremenda.

 

Me enfadaba muchísimo encontrarme en este estado, y las personas cercanas a mí se sorprendían enormemente de tal cambio en mi persona.

 

Pero yo seguía sin saber de dónde venía este comportamiento, solamente estaba seguro de que procedía de una parte del cerebro ancestral, ya que se trataba de impulsos de una fuerza tremenda que me hacían desestabilizarme completamente.

 

La ansiedad de no poder contactar con la otra persona era como una avalancha enorme siendo yo una pequeña hormiguita. Me sentía tan sobrepasado que no era capaz de hacer nada que no fuese ver como crecía mi angustia mientras rezaba para que la otra persona me contactara lo antes posible.

 

 

EL DESCUBRIMIENTO DE LA TEORÍA DE LOS APEGOS

Fue hace varios años que descubrí la teoría de los apegos, leyendo por casualidad sobre otros temas. Automáticamente me sentí identificado con el estilo ansioso.

 

De repente entendía todos esos comportamientos que no podía controlar.

 

A grandes rasgos, hace millones de años, la evolución nos colocó en el cerebro el “chip” del apego a cada ser humano viviente.

 

La finalidad de este “chip” era facilitar la supervivencia. En un escenario hostil donde los peligros acechaban a cada momento, la vida debía ser bastante complicada y un individuo por sí solo tenía pocas probabilidades de sobrevivir.

En cambio, contando con una persona cercana de confianza, esas posibilidades aumentaban exponencialmente, y eso era bueno para que la especie continuara poblando la faz de la tierra.

 

Era cuestión de supervivencia pura y dura, ser capaz de evaluar la “confiabilidad” de la persona en la que depositabas tu apego. Del comportamiento de esa persona dependería que en una situación de emergencia, tú siguieses con vida o acabaras como un fiambre.

Quizá te hayas sorprendido poniendo a prueba a tu pareja, aún de manera inconsciente, para chequear que está disponible para ti en diversos momentos.

 

Es este antiguo chip, que está evaluando si esa persona es “confiable” para ti.  Evaluando si puede ser tu base segura, si va a responder adecuadamente cuando llegue una situación de emergencia real.

De hecho, es probable que si tu pareja responde positivamente a estas “pruebas”, llegue un momento que la etiquetes como persona segura y tu sistema de apego se desactive. Ya no estarás preocupado pues esa persona te ha demostrado que puedes confiar en ella si llegan momentos difíciles.

 

 

¿CUAL ES EL PROBLEMA DE TENER APEGO ANSIOSO ACTUALMENTE?

Que vivimos en el siglo XXI, y que dado el tipo de vida que tenemos actualmente, este “chip” se ha quedado bastante obsoleto. De hecho, en vez de ayudarnos, la mayoría de las veces lo que va a hacer es sacar nuestra peor versión cuando estamos en una relación, y además afectarnos negativamente en nuestro día a día.

 

Por otro lado, es probable que la otra persona no comprenda tus grandes necesidades de afecto y cercanía, sobre todo al principio de la relación. De hecho, algunas pueden incluso huir, creyendo que eres una persona tremendamente necesitada y dependiente.

 

En el peor de los casos, si das con una persona tóxica, serás muy vulnerable a sus manipulaciones. Este tipo de persona es muy hábil en detectar tus debilidades.

La tremenda necesidad de intimidad, cercanía y disponibilidad que demanda un apego ansioso al principio y durante la relación son un punto débil que la persona tóxica sabrá aprovechar.

 

Te dará cercanía y accesibilidad al principio durante la luna de miel, para después retirártelos de manera intermitente y regocijándose al saber que siempre estarás mendigando por su atención.

Administrarán perfectamente sus dosis controladas de afecto para dejarte siempre con ganas de más. De esa manera consiguen crear un desequilibrio en la relación en el que tú siempre necesitas más. Necesitas más “droga”, y ellos son el único camello que puede proporcionartela.

Así ganan un tremendo poder sobre ti. Menudo chollo ¿verdad?.

 

Vamos a ver de que manera podemos gestionar todas estas emociones, tanto para llevar de manera equilibrada una relacion sana, como para evitar que una persona tóxica aproveche nuestro tipo de apego en su favor.

 

 

 

¿COMO HE ENFOCADO MIS RELACIONES DESPUÉS DE CONOCER MI TIPO DE APEGO?

 

APEGO ANSIOSO CON PAREJA SANA

En este caso, he mantenido bajo control mis impulsos iniciales, y transcurrido un tiempo en el que he logrado cierta confianza con esa persona, llegado el momento adecuado le explico el tema de los apegos y le confío mi tipo de apego.

 

Este camino es difícil, ya que te haces vulnerable a la otra persona. Pero es tremendamente efectivo ya que su reacción te dará muchísima información sobre si esa persona te conviene y merece la pena que sigas invirtiendo tiempo en conocerla.

Llegar a este punto me costó años de trabajo, ya que me resistía a enseñar mis debilidades en un mundo donde la mayoría juega a parecer duro e impasible, y donde se castiga la debilidad.

 

Pero todo esto es pura fachada, en realidad una persona que conoce y expone sus debilidades abiertamente, es una persona fuerte.

Una persona que jamás habla de sus debilidades es una persona cobarde, puesto que las posee, pero no es tan valiente como para reconocerlas. Necesita ocultarlas a los demás para sentirse seguro.

 

Si tu pareja entiende tu tipo de apego y se muestra dispuesta a intentar cubrir tus necesidades emocionales, es un excelente punto de partida para comenzar una relación. Por tu parte, deberás estar a la altura y saber cómo compensar su esfuerzo. Tienes que entender que para una persona que no tiene apego ansioso, nuestras “necesidades emocionales” pueden parecer exageradas. Que la otra persona esté dispuesta a atenderlas para que nos encontremos bien es un  gesto de amor y comprensión que debemos retribuirle (la manera la dejo a tu elección, pero te aconsejo que lo hagas).

Por otro lado, y como explico más abajo, es importante que trabajes tu tipo de apego hacia uno más seguro. Tienes que aprender a gestionar los picos de ansiedad para intentar no reclamar a tu pareja en exceso, pues si no tienes cuidado con el tiempo puedes llegar a desgastarla.

 

 

APEGO ANSIOSO CON PAREJA TÓXICA

Te lo voy a decir sin tapujos, si tienes apego ansioso, eres el objetivo perfecto para una persona abusiva.

Los miedos e inseguridades que nos provoca este tipo de apego nos provocan dificultades para terminar con cualquier tipo de relación, en especial con una tóxica, que ya es complicado de por sí.

 

Debes tener un cuidado EXTREMO en no involucrarte con una persona tóxica. Te aseguro que son expertos en detectar a personas con apego ansioso. Al poco de conocerte te habrán testeado y sabrán que tienes este tipo de personalidad.

 

Necesitamos accesibilidad y cercanía. Si no los tenemos en la relación sufrimos mucho.

Si nuestra pareja es sana, intentará en la medida de lo posible satisfacer estas necesidades emocionales nuestras. Pero si se trata de una persona que pretende abusar de ti, lo que hará será utilizar esas necesidades para manipularte de una manera más cómoda para ella.

Por ejemplo, en mi caso particular tuve una relación hace años bastante fugaz, en la que ella detectó rápidamente mi necesidad de intimidad.

Su manera de operar era que yo tolerase cualquier comportamiento suyo, siempre bajo la amenaza de que la relación estaba a punto de acabar.

 

Esto a mí me hacía entrar en pánico ya que yo quería estar con ella a toda costa. Esta necesidad mía le daba a ella un poder tremendo sobre mí. Todas las discusiones se zanjaban con una amenaza de ruptura por su parte.

Sorprendentemente, un buen día me armé de valor y corté la relación de manera unilateral. Ella se derrumbó en aquel momento. Todo había sido un montaje para mantener bajo mentiras, una relación en la que ella satisfacía sus necesidades pero las mías no importaban en absoluto.

 

Tienes que ser consciente de tu vulnerabilidad a este tipo de personas abusivas.

 

Deberás desarrollar dos habilidades fundamentales para no caer en este tipo de relación que te traerá gran dolor y de la que te será difícil salir.

 

– Habilidad para detectar las banderas rojas: Debes poner pies de plomo cuando conozcas a una persona nueva. Enfría la cabeza ante el enamoramiento y no corras a sus brazos a la mínima de cambio. Piensa que si no eliges bien a tu futura pareja, sufrirás enormemente, asi que vale la pena dedicar un tiempo a ver de qué pasta está hecha.

También debes tener especial cuidado con las personas de apego evitativo. Pese a que no son personas tóxicas de por sí, la relación que se genera entre un ansioso y un evitativo sí que suele serlo al 99%. Hablaré más sobre este tema en los próximos artículos.

– Habilidad para cortar rápidamente una relación que no te conviene: Si detectas banderas rojas en la otra persona y comienzas a ver que sus comportamientos son abusivos, tu decides cuanto tiempo te quedas. Pero sé consciente de que estás entrando en zona peligrosa para ti, y que el que pagará los platos rotos serás tu y solamente tu.

Es cierto que las relaciones no vienen preparadas para uso y disfrute de fábrica, y que generalmente hay un tiempo de acoplamiento entre dos personas, durante el cual puede haber encontronazos y algún que otro drama. Pero si adviertes que esta es la tónica general, extrema la precaución.

 

Tener la solidez de cortar una relación así a tiempo es decirte a ti mismo “prefiero pasarlo mal ahora para no pasarlo muchísimo peor en un futuro”. Es una inversión a largo plazo para tu persona. Yo mismo llegué a este punto después de haber permanecido en una relación tóxica durante dos largos años.

 

Comprendí que quedarme ahí significaba la destrucción de mi persona, bajada de autoestima, aislamiento social, apatía por la vida, pérdida de objetivos, y un tremendo bajón emocional.

Estuve tanto tiempo sufriendo todo esto que cuando se me aproximaba una persona que pretendía establecer una relación abusiva conmigo, automáticamente la cortaba de raíz. Lo que antes me llevaba dos años, ahora lo interceptaba en dos meses.

 

El resultado, me quitaba a las posibles personas tóxicas muchísimo más rápido, no dejaba que interfiriesen en mi camino de vida, y liberaba gran cantidad de tiempo para conocer a otras personas que SI merecían la pena.

 

Si actualmente te encuentras metido en este tipo de relación, te aconsejo que primero alcances el punto de no retorno, y después apliques el contacto 0.

 

 

 

 

COMO GESTIONAR LOS PICOS DE ANSIEDAD DURANTE UNA RELACION SANA

Cuando tu pareja no está disponible cuando tu la necesitas, se activa la respuesta ansiosa y tu prioridad por encima de todo es establecer el contacto con ella. Será LO ÚNICO en el mundo que te tranquilice en ese momento.

Si ya le expusiste tu tipo de apego y tu pareja lo aceptó y se mostró comprensiva, es probable que intente mostrarse más cercana para que tu te encuentres tranquilo.

El “problema” es que habrá situaciones en las que tu pareja no esté accesible y tienes que entender que ninguna persona puede estarlo veinticuatro horas al día. Es muy importante distinguir entre una accesibilidad razonable y una accesibilidad demasiado exigente.

La primera hará que tu puedas estar relativamente en calma, sabiendo que, en el caso de que no pueda hablar contigo, tu pareja te recontactará en cuando le sea posible.

Si le pides una accesibilidad total en todo momento y a cualquier hora, terminarás por coartar su libertad y es posible que la otra persona acabe agobiándose y distanciándose de ti, lo que te generará mucha angustia.

 

Se trata de encontrar un término medio donde la persona con apego ansioso tenga la tranquilidad de que su pareja está disponible si la necesita. Esta a su vez posee un margen de maniobra razonable y no vive con el miedo constante a una represalia si no contesta al teléfono ocasionalmente.

Este es el sistema que he utilizado cuando me encontraba con picos de ansiedad:

 

1.- En un primer momento, la mente se descontrola: comenzará a bombardearte con mil y un pensamientos catastróficos. Por tu cabeza pasará de todo menos pensamientos positivos, y a una velocidad de vértigo. Tu cuerpo se tensará y se te secará la boca.

Te resulta imposible pensar en otra cosa que no sea contactar con tu pareja A TODA COSTA.

En este momento es importante que seas consciente de que un “chip” externo a ti se ha activado. Tienes que verlo como algo que no forma parte de ti.

 

¿Recuerdas la serie de South Park? Los niños siempre decían muchas palabrotas, asi que les colocaron un chip en la cabeza y cada vez que pronunciaban un insulto, el chip soltaba una descarga eléctrica para obligarles a hablar correctamente.

Tómalo como ese mismo chip ancestral que te está empujando hacia contactar con esa persona para poder sobrevivir.

La buena noticia es que no necesitas a la otra persona para sobrevivir. Estamos en el siglo XXI y gracias a que vivimos en un país desarrollado, una persona sola es perfectamente autónoma.

 

Tu apego ansioso te empuja a comprobar que esa persona está disponible y no te dejará en paz hasta que lo verifiques.

¿Cuántos años llevas sobre este mundo hasta que conociste a esta persona? ¿30? ¿40? ¿La habías necesitado para sobrevivir hasta este momento?

 

No.

 

De hecho probablemente hasta que no la conociste ni siquiera sabías que existía, asi que NO PUEDE SER TAN IMPRESCINDIBLE.

 

2.- Te tomas de manera personal que tu pareja no esté disponible: frecuentemente me ha ocurrido que la otra persona estaba acordándose de mi, pero por un descuido olvidó su teléfono en casa, o se encontraba reunida con unos amigos.

 

Es fácil que lo tomes como una afrenta. Nos afecta tanto la inaccesibilidad, que no podemos entender como la otra persona no se da cuenta de lo fundamental que es para nosotros.

Tienes que entender que a una persona con apego seguro no le afecta tanto este tipo de situaciones. Cuando eres presa de la ansiedad, cada minuto parece una hora. Tu percepción del tiempo se encuentra alterada.

En cambio la otra persona, sigue con su percepción del tiempo “normal”. Eso quiere decir que para tí, esperar una llamada suya durante una hora puede parecerte la eternidad absoluta, mientras que a tu pareja ha podido pasarle sin apenas darse cuenta.

En este momento debes tomar nota mental del suceso, aparcarlo y seguir con lo que estabas haciendo. No caigas en el error de llamar repetidas veces o de enviar mensajes agresivos. La otra persona está viviendo ese momento de manera muy distinta a la tuya y además de no entenderte lo tomará como una agresión.

 

Cuando os encontréis juntos y en una situación tranquila, es cuando puedes explicarle que aquella vez que no te contestó al teléfono o no te llamó, tuviste un mal rato. Simplemente exponlo, pero no le exijas un cambio inmediato. El objetivo es que tu pareja sea consciente de cómo funcionas en este tipo de situaciones.

 

3.- Este punto es el más importante. Tienes que desarrollar la capacidad de calmarte a ti mismo.

 

Es muy difícil, lo sé. Parece prácticamente imposible.

 

Pero tengo una buena noticia. Esta capacidad es como un músculo. Se puede entrenar, y cuanto más lo entrenes y pongas en práctica, más fuerza tendrá y mejor funcionará.

¿Puedes creerte que llegó un momento en el que me alegraba de encontrar a una pareja que activaba mi apego ansioso?

 

Me lo tomaba como un reto. No todas lo hacían, por lo que cuando topaba con una, aprovechaba al máximo para practicar. Cuando aparecía el momento de ansiedad al no estar ella accesible, me decía a mí mismo “vale David, ya lo tenemos aquí, a ver que tal lo hacemos esta vez”.

Era como un jugador de futbol mentalizado para el gran partido que por fin salía al campo de juego.

 

Voy a contarte un pequeño secreto.

 

La mente humana solamente es capaz de pensar en una cosa a la vez. Prueba a pensar en dos cosas simultáneamente y verás que te resulta imposible.

 

Cuando entramos en modo ansiedad, nuestra mente toma el control, bombardeándonos con pensamientos intrusitos una y otra vez.

La única manera de evitar estos pensamientos es sustituirlos por otro pensamiento que atrape nuestra atención.

Dependerá de tu manera de ser y tu entorno que tipo de pensamiento te venga bien para deshacerte del otro.

Por ejemplo, tuve una época donde mi trabajo era tremendamente absorbente. Desde que entraba a trabajar a las ocho de la mañana, hasta que terminaba, mi cabeza estaba tan centrada en ello que prácticamente el 90% del tiempo no podía tener pensamientos intrusivos.

Piensa que tienes que hacer LO QUE SEA, para dirigir tu atención hacia otro sitio. Si te quedas en casa tumbado en la cama y mirando al techo te va a resultar prácticamente imposible no acabar con tu cabeza a 300 km/h.

 

Otra técnica que me funcionaba muy bien era comprar 3 o 4 novelas facilitas y no parar de leer. Cuando terminaba una comenzaba la siguiente.

Andar rápido por algún parque cercano, mientras escuchaba música en los auriculares también me funcionaba muy bien.

Tendrás que buscar la actividad que mejor te venga, quizá sea jugar al Candy Crush, o quizá sea salir a la calle y ponerte a correr como un poseso. Pero sea lo que sea, TIENES QUE HACERLO.

 

Los picos de ansiedad son eso, picos. No se mantienen constantemente en el tiempo. Nos dejamos llevar por la intensidad del momento y entramos en pánico creyendo que esa intensidad se va a mantener hasta el infinito.

Pero si pones en práctica tu “actividad de escape”, te darás cuenta de que una vez pasado el momento inicial, la ansiedad va bajando y llega un momento en el que ya no sientes urgencia por contactar a la otra persona.

 

Te das cuenta de que puedes esperar hasta que se encuentre disponible de nuevo.

 

En ese momento, le has ganado el pulso al apego ansioso.

 

Has utilizado la capacidad de tu cerebro para hackear un chip que él mismo tiene dentro.

La sensación de superación personal y de trabajo bien hecho te aseguro que te reconfortarán enormemente. Es una batalla ganada, y cuantas más batallas ganes, más fuerte y libre serás.

Pero no te preocupes si de vez en cuando pierdes alguna, este es un proceso que hay que implementar poco a poco ya que el sistema de apego está muy arraigado en nuestra mente y hay que tener paciencia con uno mismo.

 

Conseguir este autocontrol sobre tu persona te convierte en una persona más equilibrada, segura de sí misma y menos susceptible a ser abusada por parejas tóxicas.

 

********

 

Cambiar nuestro estilo de apego es una tarea lenta y difícil. Es un camino lleno de decisiones.

Decidimos no dejarnos vencer por la ansiedad, decidimos buscar mecanismos alternativos que nos hagan bajar esa ansiedad. Decidimos amar en libertad y permitir que la otra persona nos ame en libertad.

Decidimos abrazar la soledad y encontrarnos cómodos con ella.

 

Es un camino difícil, pero te garantizo que es uno de los cambios más positivos y que mayores beneficios te traerá a lo largo de tu vida.

 

Espero que el artículo te haya sido de ayuda y espero verte de nuevo por aquí.

 

 

 

¡Un abrazo fuerte!

 

David C.

 

Photo by Ben White on unsplash


8 comentarios

Thais · 12 noviembre, 2019 a las 20:08

hola muchas gracias por este artículo, si lo hubiera sabido antes, me hubiese ahorrado muchos desgastes emocionales. ya se que para futuras parejas voy a implementar esto. saludos

    David · 14 noviembre, 2019 a las 01:18

    Hola Thais. Me alegra que el articulo te haya sido de ayuda. Simplemente con que seas consciente de los tipos de apego que existen y cual corresponde en mayor medida al tuyo y al de tu pareja, ya tendrás muchísima información sobre como gestionar mejor la relación.

    Un abrazo!
    David C.

Vanesa · 9 enero, 2020 a las 09:03

Hola David!
Muy interesantes tus palabras, me siento bastante identificada en algunos aspectos que expones. La teoría de los apegos no la conocía, interesante. Por mi cuenta, estuve leyendo acerca de los apegos, y desde el punto de vista de la psicología humana, cabe la posibilidad de que lo hayamos adquirido de los 0 a los 7 años que es cuando se forja la personalidad. En estas etapas, si tú familia no cultiva la seguridad, cariño, o la autoestima en ti,…se generan traumas o creencias limitantes que puede que se reflejen en tus relaciones futuras de pareja, ¿qué opinas sobre esto?
Ciertamente, otras personas generan o conducen los traumas a otros ámbitos.
En mi caso los he transportado a las relaciones de pareja, y mi apego es ansioso ambivalente. Me ha ayudado mucho identificar los lazos familiares pasados, por si te ayuda a ti. Estoy intentando superarlo, voy por buen camino. Seguiré los consejos que expones en el blog.
Muchas gracias!

    David · 9 enero, 2020 a las 09:27

    Hola Vanesa, me alegro de que el artículo te sea de ayuda.

    Conocer la teoría de los apegos e identificar el nuestro propio es extremadamente interesante, ya que esto condiciona y mucho nuestra manera de relacionarnos con los demás. Sobre todo de cara a la relación de pareja.

    He leído bastante sobre el tema y parece no estar claro del todo dónde se genera un tipo u otro, aunque está claro que la manera en la que has vivido tu infancia es determinante. Sin embargo conozco familias en las que ambos hijos han recibido una educacion casi idéntica, resultando uno de ellos seguro y el otro ansioso. Por ello puede que vengamos por una parte ya predispuestos «de fábrica».

    También creo que influyen otros parámetros como experiencias intensas que hayamos podido tener durante nuestra vida adulta, y que han podido inclinarnos más hacia un tipo de apego u otro.

    Sin embargo, mi manera de enfocar este tema es que el pasado ya no podemos cambiarlo, por lo que he preferido centrarme en el estilo que tiene cada persona al momento actual.
    Una vez que se conoce el estilo propio y sus características, creo firmemente que los esfuerzos deben ir dirigidos a cambiar a un apego sano, en la medida de lo posible.

    También es importante el tipo de pareja que tengamos. Una persona de estilo evitativo ya es difícil de llevar para un apego seguro, y para un apego ansioso es un verdadero calvario. Conviene aprender a detectar a las personas con este tipo de apego y no invloucrarse con ellas ya que pueden ser una fuente inagotable de dolor y angustia.

    Próximamente profundizaré con varios artículos sobre los tipos de apego ya que son temas interesantes y con mucha relevancia en el ámbito de las relaciones tóxicas. Si quieres recibir un email cuando haya una nueva publicación, puedes suscribirte a mi lista de correo.

    Espero que consigas tu objetivo, y te invito a que compartas con nosotros tus avances, que seguro no tardarán en llegar.

    Un abrazo Vanesa!

Thais · 13 enero, 2020 a las 22:20

Hola, muchas gracias por compartir esto, quisiera consultarte algo, una relación entre dos personas ansiosas es posible??? quedo a la espera de tu respuesta

David · 14 enero, 2020 a las 16:58

Hola Thais.

Dentro del tipo de apego, existen diferentes grados, y de ello dependerá que la relación pueda o no funcionar.

Teóricamente, el problema en esta relación sería que cada uno de ambos estará más preocupado por sus propias necesidades emocionales que por las del otro. Esto desde luego, puede traer problemas.

Sin embargo, yo mantuve una relación con una chica de apego ansioso (aunque ella tenía mayor grado que yo), y estuvimos juntos durante un año, teniendo una relación bastante sana. Ella tenía mayor necesidad de seguridad que yo, pero al conocer los efectos del apego ansioso en mí mismo, sabía muy bien como transmitirle esa seguridad. En cuanto lo hacía, ella se tranquilizaba de inmediato.

También influye mucho si ambos conocen el tipo de apego que tienen, así como la implicación personal para tender hacia un apego seguro. No es lo mismo una persona que no reconoce su estilo de apego ni sus conductas irracionales, que otra distinta la cual se trabaja en terapia, toma consciencia y hace por mejorar.

Son multitud de factores, pero a priori, a mí no me parece que sea una relación imposible, lo que ocurre que no suelen darse mucho este caso porque los apegos ansiosos no suelen atraerse entre sí.

    thais · 5 febrero, 2020 a las 18:55

    gracias por tus comentarios David, bueno en este caso me he dado cuenta que el necesita que siempre le demuestre que lo quiero y a veces siento que lo que hago no es suficiente, y a veces siento que es muy absorvente, y yo tambien necesito saber de el siempre y cuando dejamos de hablarnos por un periodo de tiempo me empieza a dar esa ansiedad, aunque hago conciencia de que es algo temporal intento controlarme para no hacer cosas que luego me arrepienta

      Claudia · 20 julio, 2020 a las 07:17

      Thais me pasa exactamente lo mismo que tú. Hace poco reconocí mi estilo de apego y quería converarlo con mi pareja, pero aún no quiere conversar conmigo. Le dije qje necesitaba hablar con él, algo importante para mi, con la idea de mejorar la relación, por lo que necesitaba disposición a escucharme y comprenderme, sin embargo (y sin saber de que le iba a hablar) me dijo qje no estaba preparado aún para conversar, que lo hiciera mas adelante…le dije que cuando estuviera disponible me avisara y nos veíamos y conversábamos…aún no lo hace 😶

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!