Me llamo Agustín y hace pocos días rompí la amistad con una chica tóxica. No llegamos a tener relación de pareja, pero éramos muy amigos.

Nos conocimos en 2018, a través de una aplicación de citas. Conocí a Mónica (nombre ficticio). Era una chica bastante más joven que yo. Quedamos en un bar y nos estuvimos contando nuestras cosas. Según me contaba, ella obtuvo unas notas muy buenas en el instituto y en la Universidad.

Se podía hablar muy bien con ella sobre todos los temas y a nivel de amigos teníamos muy buena conexión. Aunque he de reconocer que de entrada me sorprendió que no trabajaba, y a la vez tenía muy poca experiencia laboral. De pequeña sufrió bulling y no tenía amigas.

Otro rasgo que me llamó la atención que había tenido muchas relaciones con chicos, incluso había intimado con muchos en la primera cita.

 

RENUNCIO A TENER UNA RELACIÓN CON ELLA

Durante la semana estuvimos wasapeándonos. De esta forma decidimos quedar una segunda vez. Había atracción, por lo que en la conversación cayeron algunos besos y abrazos.

Seguíamos wasapeando durante la semana siguiente. Pero no sé por qué, decidí dar marcha atrás y le dije que de momento prefería funcionar a nivel de amigos. Tal vez hice las cosas mal por mi parte, ya que no me tenía que haber lanzado a besarla y a abrazarla en el segundo día.

El caso es que cuando me vio dar marcha atrás, comenzó el torbellino mental en ella. No paraba de enviarme mensajes masivos de whatsapp, diciéndome que le había hecho mucho daño, que por qué la había dejado, que yo era lo peor, que no tenía vergüenza…

Reconozco mi parte de culpa en esto. Le dije que de momento me daba vértigo una relación y prefería amistad. El ver este comportamiento impulsivo suyo y estos ataques de ira me hizo aferrarme más a mi postura de no querer pasar de una amistad.

Sinceramente me daba miedo el tener algo más con ella. Me dijo que quería hablar el tema en persona. Quedamos en persona y se lo dije de forma civilizada. Con lágrimas en los ojos ella lo asumió.

 

CONTINUAMOS SIENDO AMIGOS Y VEO SUS DINÁMICAS

Desde 2018 seguíamos siendo amigos. Nos wasapeábamos y alguna vez, no muy frecuentemente, quedábamos para tomar un café y ponernos al día. No me disgustaba el tener una amistad con ella.

Conforme la iba conociendo más, veía que estaba deprimida continuamente. Había días que los pasaba enteros en la cama. Como curiosidad, durante estos cinco años, cada vez que le preguntaba ¿»qué tal estás?» nunca me dijo que estuviese bien. Siempre estaba rumiando un problema u otro.

Teníamos muchas discusiones. Es una persona que analiza todo con alfileres, muy minuciosamente y hace una lectura negra de lo que yo hago o digo. Por ejemplo, le enviaba mensajes positivos como «feliz día» o «sé feliz» y se enfadaba, ya que según ella era positividad tóxica y yo le estaba obligando a sentirse bien cuando ella no podía por su estado anímico.

 

Si le preguntaba si iba todo bien, también se ponía a la defensiva por el mismo motivo. Había que hablar con ella midiendo mucho lo que se le decía y cómo se le decía, porque podía ella podía estallar y tener un ataque de ansiedad. Era algo que agotaba. Mal que bien, continué la amistad con ella.

A lo largo de estos años veía que ella a través de las apps de citas quedaba con muchos chicos e intimaba con todos los que conocía. Con esa forma de ser, le era imposible estabilizar una relación y tampoco le era fácil encontrar trabajo.

A mi me daba pena no poder ayudarle. Le dijese lo que le dijese, no solo no le ayudaba sino que podía provocar una crisis de ansiedad en ella.

 

INTENTO AYUDARLA PERO NO SIRVE DE NADA

Aparte de discusiones, desencuentros y momentos tensos, también tuve situaciones desagradables con ella. Por ejemplo, estar cenando con ella en un restaurante y en una de sus crisis de enfado, levantarse e irse, haciéndome pasar vergüenza.

Fue en este último año cuando decidí implicarme un poco más en ella. Ella había tenido una relación con un chico, con el cual solo duró dos meses. A pesar de que se vieron poco, todavía sigue destrozada anímicamente por esa ruptura, y eso que han transcurrido ocho meses desde entonces.

Yo trataba de animarla, me la llevaba a cenar, de copas… Al no tener ella ingresos le invitaba yo a todo, y hasta le hacía regalos. Este fue otro fallo por mi parte. Al implicarme tanto con ella, me encariñé y se me despertaron sentimientos hacia ella.  Y afortunadamente ya era tarde, porque ella me veía como un amigo.

El hecho de que al principio cuando nos conocimos rechazase una relación con ella, le hizo no plantearse ni por asomo una relación de pareja conmigo. Era algo que me dolía pero casi lo tengo que ver como que Dios o el destino me vinieron a ver para librarme de un problema gordo.

Al implicarme más con ella, lógicamente tenía más discusiones y desencuentros con ella. Siempre acababa pidiéndole perdón y echándome la culpa yo.

A pesar de que yo hacía las cosas lo mejor que podía y le daba mis mejores palabras, siempre encontraba un motivo para enfadarse conmigo y bloquearme en el móvil, para desbloquearme después. Así de forma intermitente durante este último año.

Era algo que agotaba mucho y me producía mucha frustración. El cariño que se me había despertado hacia ella era lo que me mantenía enganchado. Ella se lo pasaba bien conmigo y disfrutaba de mi amistad.

 

ÚLTIMA DISCUSIÓN Y RUPTURA

Hace un mes tuvimos la discusión más fuerte de todas. Fue por un tema trivial, pero teníamos puntos diferentes.

Ella me dijo que yo le estaba llamando mentirosa y fue entonces cuando me llamó «hijo de p…». Yo me reboté mucho y me pasó por la cabeza la idea de denunciarla. Al final no lo hice, lógicamente. Pero ella se asustó cuando pronuncié la palabra «denunciar» y entonces unilateralmente decidió romper nuestra amistad para siempre.

Me dijo que había perdido la confianza conmigo, que yo le había amenazado, la había tratado mal y ya no se sentía cómoda. Decidimos estar un tiempo sin hablar, contacto cero.

Un mes después me envía mensaje diciéndome que ha decidido romper la amistad. Yo le digo que pienso lo mismo, aunque me duele. Pero veo que nos estamos haciendo mucho daño, y al ser de mutuo acuerdo lo podremos llevar mejor.

Ella se me rebotó más todavía diciendo que la ruptura de amistad era unilateral por parte de ella, que no era de mutuo acuerdo. Le dije que se calmara.

 

Al final, después de un tira y afloja, se despidió de mí para siempre y me bloqueó en el móvil y en todas redes sociales. Esto sucedió hace una semana.

No tengo muchas esperanzas de recuperar su amistad. Reconozco que me duele haber terminado así después de cinco años. Aunque mis amigos me dicen que es mejor así, que me he quitado una pesadilla de encima. Incluso me dicen que la bloquee yo también por si cambia de idea.

Esta es mi historia. Al implicarme más de la cuenta, me encariñé y se me despertaron sentimientos. Al final se rompió la amistad porque era inviable y estoy sufriendo por ello, teniendo sensación de pérdida. Ya que cuando apuestas por alguien y te haces una ilusión, se sufre más, ya que el duelo lo haces por la ilusión.

Esta chica lleva un año yendo a terapia. Le diagnosticaron «Trastorno mixto adaptativo» con episodios de ansiedad. Pero no me cuadra. Por lo que he leído, encaja más en el Trastorno Límite de Personalidad, ya que cumple muchos de los síntomas. En cualquier caso ha acabado siendo una relación tóxica. No he sabido gestionarla y llevarla. Y eso me duele.

Finalmente ella me descartó y me bloqueó. Me imagino que sería porque vio que me defendía y marcaba límites. Los amigos me aconsejan bloquearla en tf y redes por si ella cambia de idea y yo sucumbo al canto de sirena, aunque con la información que estoy recabando, no lo creo.

Me da curiosidad de si intentará hacerme hoovering. Como bien dices, no se puede llevar ni siquiera una amistad con estas personas, aunque en un principio me tiente la idea.

 

CONCLUSIÓN

A la vista de los testimonios que figuran en tu web, mi caso ha sido más fácil que el resto, ya que solo compartí una amistad con esta chica y no me impliqué a nivel de pareja. No quiero pensar qué habría sido si hubiésemos sido pareja.

El origen de los traumas de esta chica según me cuenta ella, es haber sufrido malos tratos físicos y psicológicos dentro de su familia, según me cuenta ella.

Fui bastante ingenuo. Hasta hace pocos meses apostaba por ella y me planteaba una relación. Menos mal que ella me veía solo como amigo al no tener superado a su último ex todavía!

Aún así me he quedado con la sensación de pérdida, sensación de que a veces el tóxico con ella fui yo, de que no supe llevarla, de que podía haber hecho las cosas mejor…

Pero cada vez que teníamos un desencuentro siempre acababa cargando yo con la culpa y pidiendo perdón. Era estar con los cinco sentidos y respirando tensión.

Cualquier cosa que le dijese por inocente que fuese le podía hacer explotar. Era una situación la mar de compleja. Digamos que estoy pasando por un período de «duelo», pero fácil de llevar

Como dices en tu página, si hubiese sabido desde el principio qué es el TLP, no habría perdido un instante de mi vida en una persona con problemas psicológicos.

No sé si la vida hará que nos encontremos de nuevo y tampoco sé que pasará de ahora en adelante. En cualquier caso, la gente me dice que he salido ganando, que tenía que haber salido de allí mucho antes

 

Gracias a tod@s por leer mi testimonio

 

 

 

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