Hola David

He leído muchas de las entradas de tu blog y quiero agradecerte la gran ayuda que aportas

Me gustaría contarte mi testimonio porque todos los que he leído me han sido de gran ayuda.

 

Ante todo y para ponerte en antecedentes, dos años antes de conocer al sujeto TLP pasé por la vivencia más dolorosa de mi vida hasta el momento.

Tenía una pareja estable con la que fuí muy feliz, estábamos prometidos y al llegar la pandemia con una boda planificada, él decidió romper la relación de una forma poco respetuosa y bastante cruel.

Esto me dejó en una situación muy vulnerable, aunque para serte sincera con el paso del tiempo y después de mucha terapia me he dado cuenta de mis carencias, de mi idealización de las relaciones amorosas y de lo dependiente que he sido toda mi vida con una autoestima nula.

Lo que ha hecho que yo no haya elegido a las personas acertadamente con las que he compartido mi vida, si no que ellos me han elegido a mi.

 

COMIENZO Y BOMBARDEO DE AMOR

Dicho esto, el año pasado conocí a un hombre de 39 años,  yo tenía 34, el se fijó en mi enseguida e indagó sobre mi.

La misma noche que nos conocimos, hablamos horas, me pidió mi número y lo notaba fascinado conmigo.

Al día siguiente le volví a ver, yo estaba reticente porque amigos de mi plena confianza me dijeron que tuviese cuidado, que este chico tenía algo raro, había tenido cientos de novias y estaba endiosado.

Ese mismo día me buscó para que tomasemos algo y yo acepté pero seguía reticente. A los dos días me escribió, comenzamos a hablar, empezaron las largas conversaciones, a todas horas, contarnos nuestras vidas y en cuatro días me hizo notar una conexión brutal.

Me dijo que quería verme. Puesto que vivía en otra ciudad a 300Km vino ya indicándome de antemano que si venía era para estar conmigo.

Solo puedo decir que pasamos todo el fin de semana  juntos, me trajo varios regalos.

El primer día ya me dijo que quería tener una relación conmigo y de ahí en adelante la intensidad fue impresionante (yo ya estaba perdida en sus redes).

Las llamadas desde entonces eran a todas horas, mensajes, promesas, atenciones, incluirme en su grupo de amigos, presentarme a su familia (yo quería ir más despacio, además notaba que el quería involucrarme en su vida pero no se involucraba apenas con la mía, mis amigos, mi familia)…

 

PRIMERAS BANDERAS ROJAS

Las primeras banderas rojas las noté cuando se enfadaba por no poder atender sus llamadas o SMS, la segunda bandera roja fue  a la hora de tener intimidad sexual, le noté inseguro, como que me ocultaba algo.

A todo esto se unía que  durante toda la relación no paraba de hablarme de todas sus ex, faltaría decir que todas se habían comportado fatal con él.

Me hablaba de chicas muy a menudo. Me fuí de vacaciones con unos amigos y llegaron las primeras discusiones, era muy controlador, celoso y cada vez que discutíamos era capaz de darle la vuelta para hacerme sentir culpable.

Esto no hizo más que empeorar, las discusiones por cosas insignificantes eran constantes, yo no entendía porque pasaba eso. También se encargaba de soltarme perlitas de no me gusta esto y aquello de ti (bajadas de autoestima sutiles).

 

RUPTURA Y NUEVA RELACIÓN POR SU PARTE

Me generaba una tristeza, inseguridad y una ansiedad brutal. Siempre era yo quien le provocaba, tenía una ira tremenda, me colgaba el teléfono dejándome con la palabra en la boca, me aplicaba la ley del hielo durante horas, días o hasta una semana entera y siempre era yo la culpable y él quien se victimizaba y a la par que esto ocurría, veía que a nivel íntimo se distanciada de mi.

A medida que yo quería arreglar las cosas siendo consciente de que no funcionaba, peor era, se victimizaba y utilizaba expresiones para dar por terminada la relación y luego volvía.

Así estuvimos tres meses. Hasta que un día tras una discusión me dijo que no quería que estuviésemos juntos.

Durante un tiempo seguimos hablando, claramente me hacía luz de gas, yo estaba esperanzada en que lo pudiésemos arreglar pero mi sorpresa vino cuando después de decirle que no entendía su comportamiento conmigo y que ojalá hubiera hecho caso a quien me advirtió sobre él, me dijo que no quería saber nada más de mi.

A los días me enteré de que ya tenía una relación formal con otra chica. No me lo podía creer. Desde entonces ha transcurrido un año, para mi horrible.

Durante unos meses le escribí en varias ocasiones, pidiéndole que por favor me hablara, que sentía si en algún momento de había ofendido con algún comportamiento mío y que yo solo quería tener buen rollo con él.

Una vez al mes durante cuatro o cinco meses le mandaba algún whatsapp de este tipo. Le llegaban, algunos los leía, otros no y nunca obtuve respuesta por su parte.

 

DESCUBRO EL TRASTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD

Llegado a un punto de ansiedad máxima, necesitaba entender que me pasaba, descubrí este trastorno y comencé terapia. Llevo varios meses y mi evolución es buena pero el trauma que generan es brutal, y las fases de superación que describes en tu blog son muy reales.

Mi contacto con el es cero desde hace meses pero inevitablemente este verano me lo he cruzado varias veces, siempre con su nueva pareja.

Empiezo a pensar que algunas de ellas provocadas por su parte porque empezó a pasear con ella frecuentado una zona por la que salgo yo hasta  un día miré por la ventana de mi casa y lo ví paseando con ella por delante de mi puerta.

Tengo miedo de que sea una triangulación por su parte o que me esté tanteando para un hoovering.

Sé que es una persona muy tóxica, que me ha causado un trauma tremendo después de la relación.

Me considero afortunada porque al menos fue corta en el tiempo, pero es increíble como son capaces de hundirte en la mayor de las miserias para salir airosos.

He analizado muchas de sus actuaciones y comportamientos conmigo y me he dado cuenta de que al final lo que promueven es una fachada muy atractiva que nada tiene que ver con la realidad.

Tan pronto comparten todos tus gustos como se olvidan de sus propios hobbies y esto es aplicable a cualquier faceta de su vida.

Son compulsivos con todo, en este caso en concreto con la alimentación, cuando estaba conmigo estaba obsesionado con el deporte. Este año le he visto un aumento de peso muy muy considerable, lo identifico con atracones alimenticios, algo de lo que él ya me había hecho participe de una forma muy sutil.

Llegué a dudar de que estuviese equivocada con todo pero cada vez estoy más segura de que he convivido con un hombre con este tipo de trastorno y que tengo que seguir curándome del trauma que me ha generado.

 

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