Buenos días David. Me gustaría empezar lo que os voy a contar a continuación agradeciéndote el enorme esfuerzo y mérito que tiene lo que has construido aquí.
Ahora mismo me encuentro bastante perdido y con una tremenda ansiedad interior que aunque mi cabeza me dice que es absurda, mi corazón hace que la sienta como algo muy visceral.
Acabo de salir de una relación con una mujer que creo tenía algún trastorno de la personalidad y mi situación es tan compleja que creo que he estado a punto de tirar mi vida a la basura.
COMIENZO DE LA RELACIÓN
Todo esto empieza hace dos años cuando me divorcio de mutuo acuerdo con una mujer maravillosa, una mujer normal, pero que no era para mi ni yo para ella, después de 15 años juntos.
Aunque todo fue cordial y consensuado acabé un poco tocado emocionalmente pero conseguí remontar una vez superado mi duelo.
Justo cuando volví a ser yo y de modo casual, le digo a una amiga mía de toda la vida que me había separado y me dijo de tomar algo un día. No le di mas importancia pero es cierto que esta chica siempre me había parecido atractiva, incluso alguna vez había flirteado conmigo estando yo casado.
Después de tomar algo, quedamos a los días para cenar y el flechazo fue inmediato.
Todo tan dulce, tan pasional, tan indescriptiblemente perfecto. Por mi trabajo, yo paso dos semanas fuera de Madrid y la siguiente semana vuelvo.
Al principio a ella le parecía perfecto porque conservaba su espacio, independencia etc etc. Como os digo los primeros meses, con lo que no dejo de soñar fueron una pasada y me hicieron adicto absolutamente a ella.
PRIMERAS BANDERAS ROJAS
Yo ví alguna bandera roja, como su consumo excesivo de alcohol, tener a su hija a las tantas en los bares, explosiones de ira injustificadas ante terceros, pero este enamoramiento que os digo no me dejó ver mas allá.
La relación avanzaba a dos ritmos, el mio que quería ir a poco a poco a pesar de lo dulce y mantener un poco a las familias aparte y la suya que me metió de cabeza en si circulo de amistades, su familia, sus padres.
Llegue incluso a sentirme un poco mal por esto, pero yo necesitaba ir despacio para construir una relación estable y duradera. Si se trataba de algo para toda la vida como me prometían, ¿dónde estaban las prisas?.
Su obsesión comenzó a ser que me trasladara a Madrid definitivamente y que me mudara a vivir con ella.
LA CAIDA DE LA MÁSCARA
El verano estuvo bien, hicimos planes, pero surgió alguna discusión exagerada por su parte por pequeños motivos y le dije que necesitaba replantearme si esto era lo que quería.
A la mañana siguiente se disculpaba, me decía que no puede controlar a veces sus sentimientos, y que no volvería a pasar.
Sigo adelante, se acaba el verano y decido que cada vez que vuelva a Madrid me instalaré en su casa.
Me decidí a apostar por ella.
La primera semana después de esa decisión hubo otra pequeña luna de miel, por fin la presenté a mi familia, por fin me tenía entregado, por fín ella tenía todo lo que quería. Y ahí empezó mi calvario.
Se transformó en una persona completamente diferente. Me racionaba el sexo, me racionaba el cariño, me racionaba la atención. Teníamos dos días buenos y tres malos.
Empecé a medir todo lo que yo decía para no desatar sus iras, estaba en su casa casi caminando de puntillas para no molestarla.
Como ejemplos de comportamientos os podría dar mil…. Empezó a molestarla que la abrazara por la noche porque la sobresaltaba, cuando antes le encantaba. Empezó a reprocharme que le preguntara si estaba bien, si podía ayudarla, si tenía algún problema.
Me rechazaba continuamente para tener relaciones que se daban solo cuándo y cómo ella quería. Yo creía que siendo comprensivo, asertivo, disponible cercano, me dejaría acercarme a ella y todo volvería a ser una luna de miel pero las cosas no hacían mas que empeorar.
Ella me decía que yo era demasiado sensible, que yo le sacaba punta a todo, que la cuidaba en exceso, que no podía contarme sus problemas porque ella nunca se abre a los demás, etc.
Consiguió que empezara a sentirme culpable de todo lo que pasaba y esa culpabilidad me hizo permitir cosas que jamás pensé que permitiría a nadie.
Me humillaba dia si dia también, era fria e indiferente, hasta que un día decidí que tenia que recuperar la poca autoestima que me quedaba, que tenia derecho a ser feliz, que nadie tenía derecho a humillarme.
Para los demas era un ser sociable y maravilloso pero después de puertas para adentro era un vampiro emocional.
FIN DE LA RELACIÓN
Una mañana después de un inmenso ataque de ira porque se había quedado una gota de aceite encima de la encimera y no lo había limpiado (literal) le dije que se había acabado, me sacó de mis casillas, recogí todas mis cosas y me fui prometiéndome a mi mismo que jamas volvería a un lugar como ese.
Lo que vino después os lo podéis imaginar. Lloros, lamentos, me has abandonado, no puedo vivir sin ti, encerrada en casa deprimida, vulnerable.
Me dio tanta lástima verla así que le dije, mira, yo necesito recuperar mi autoestima y volver a ser yo, me has humillado y maltratado psicológicamente y ahora no puedo volver contigo y menos a tu casa pero no me voy a alejar de ti, y vemos poco a poco que pasa.
Ella se empeñaba en que las cosas eran blancas o negras, o juntos o no, y yo le decía que aquí cabía el gris, que fueramos caminando poco a poco a ver.
VUELTA A LA RELACIÓN
Cuando quedábamos, volvió todo a parecer un pequeño inicio de luna de miel de nuevo, mi droga favorita, atenciones, caricias, sexo, proyectos, planes bodas.
Fui bajando la guardia y acercándome a ella pero se produjo el inexplicable efecto de que ella se fue alejando de nuevo.
Nunca llegué a volver a su casa del todo, pero me quedaba de vez en cuando. Nunca acepté reaparecer de repente en sus planes familiares, ella se enfadaba mucho por eso.
De repente empieza a haber vacíos en nuestra comunicación, noches enteras con su teléfono sin batería cuando siempre me decía buenas noches, cercanía con nuevos amigos de su círculo.
No lo entendía, yo estaba volviendo a ella como me pidió y ella solo me daba migajas de cariño, se volvió fría, indiferente, pero yo seguía enamorado.
Un día, cordialmente le dije qué le pasaba, me dijo que estaba agobiado, que necesitaba espacio, que tenía que encontrarse, que tenía muchos problemas, que estaba agobiada en el trabajo y que me quería mucho pero igual no era suficiente.
Mi mundo se vino abajo y en vez de salir corriendo y darle las gracias, le dije que le daría espacio, la escucharía la ayudaría, vamos que me arrastré por su cariño.
Volvimos a pasar un fin de semana maravilloso de nuevo, incluso hablamos de planes de boda. Al día siguiente me fui a mis dos semanas fuera, y desde ese momento no pude volver a hablar con ella, 5 días sin responderme a una llamada, sin contestarme a un mensaje.
EL DESCARTE FINAL
Yo iluso de mi pensando que le había pasado algo y cuando por fin me escribe, una semana despues, me dice que no se ve conmigo, que no ha podido perdonarme que la dejara dos meses antes, que ella nunca jamás olvida ni perdona y que la deje en paz y respete su decisión. Esto pasó hace una semana.
Mi estado de ansiedad y depresión han sido indescriptibles, he llegado incluso a pensar en quitarme de en medio, todas esas noches de incertidumbre, de no saber de repente nada de ella después de imaginarme mi boda, esa búsqueda de respuestas, ese sentimiento de injusticia, esa autoestima destruida.
Siempre me he considerado alegre, extrovertido, atractivo, seguro de mi mismo, pero esta mujer me ha dejado destruido, no me reconozco ni yo mismo.
Llevo días y días sin poder dejar de llorar, lo último que escuche de su voz fue un te quiero antes de desaparecer para siempre. Mi cabeza me dice Óscar te han hecho un favor, tu ya sabias que no querías esto, pero visceralmente siento una salvaje abstinencia indescriptible por esa dulzura que alguna vez me dio.
Mataría porque volviese a contactarme pero se que no lo hará porque imagino que con seguridad después de descartarme ella ya tendrá los ojos puestos en otro hombre.
He decidido ser fuerte, borrarla de todas mi redes sociales, borrar a todos sus contactos, bloquearla en mi teléfono y ser quien yo quien también cierre esa puerta.
Pero estoy agotado, y esto no acaba mas que empezar. No se si mi relación puede calificarse de toxica, pero desde luego ha sido el año mas destructivo de mi vida.
Mi familia está preocupada y me apoya, y tengo muchas amigas que me adoran y están siempre pendientes de mi.
Todas me dicen que me han hecho un favor, y estoy seguro de ello, pero siento un vértigo y un vacío ante el mundo y la vida que es agotador.
Quiero volver a ser yo.
RECONTACTO
Un par de semanas o tres tras el un brutal descarte coincido con todos los amigos, al final todo es de manual, pero creo que uno se lleva lecciones valiosas de todo este tema.
Lo mío aun es muy reciente, sigo subiendo y bajando a Madrid desde Cádiz.
Aún sigo sin entender qué ha pasado, aún sigo sin entender cómo alguien puede desaparecer sin más, de la noche a la mañana, con una indiferencia inexplicable.
En mi caso el contacto 0 me lo han aplicado a mi, así que teóricamente me están haciendo un favor, pero es verdad que parece que jode mas. Al principio, no lo puedo negar, mandé algún mensaje puntual en plan respetuoso, qué tal estas?, te echo de menos…
Pues error, primero por que se crecen y segundo porque puedes acabar metido en un lío si te denuncia por stalking.
En este caso ella me dijo que no la escribiera nunca mas, porque mis mensajes preguntando qué tal estaba le afectaban a su salud….(lo que hay que oir…..después de cómo le dejan a uno).
CONCLUSIONES
Mis conclusiones a tres semanas vista del gran evento que viví son estas:
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- Cuanto antes lleguéis al punto de no retorno mejor. Al final esta gente muestra su verdadera cara el día que te descartan sin piedad. Y hecha una hecha mil. Yo ahora mismo no la tocaba ni con un palo.
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- Ojito con los mensajitos cariñosos y mandar cosas tipo te echo de menos, por qué no lo intentamos…. porque según está hoy en día la legislación, si os quieren buscar las cosquillas os las pueden buscar.
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- Es jodida la sensación de que te apliquen a ti un férreo contacto cero antes de que lo apliques tu. Al final casi que el TLP te crees que lo eres tu. Y aquí quiero incidir en que esta psicotica consiguió hacerme sentir culpable y pasarme los días enteros repasando mentalmente las ultimas semanas buscando mis fallos. Y el único fallo son ellos.
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- No os pongáis a diseccionar vuestra relación a ver qué se podía haber hecho o dejado de hacer, porque la verdad es que desde que la empezamos está condenada a acabar. Yo casualmente he descubierto estos días que sus 2 ex anteriores, a los cuales ponía a caldo cuando me hablaba de ellos acabaron exactamente igual que yo. Aunque a los meses de dejarlos siempre interactuaba con ellos de una manera u otra.
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- No os volváis locos pensando en qué ha pasado. Es imposible razonarlo. Sus reglas solo valen para ellos, el resto de los humanos normales no podemos entender ese razonamiento.
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- El otro día conocí a una chica con la que estuve hablando un rato en una fiesta, sin mayor relevancia. Pero después de una charla de 20 minutos, se encendieron en mi 20 sirenas rojas diciendo loca a la vista…. La verdad es que estas experiencias te dejan instalado en la cabeza un detector de TLP/TNP de precisión suiza.
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- Yo he acabado en terapia. Primero con David, que fue en primero en serenarme (y se lo agradeceré eternamente) y después con una psicoterapeuta. Y en muy pocas sesiones me está haciendo entender muchas cosas. Como por ejemplo, por qué esa invasión inicial de tus sentidos hace que ignores todas tu alertas, o esa sensación de que algo no te cuadra aunque no sabes lo que es.
Se que me queda mucho camino por delante, a veces sigo echando de menos a mi monstruo (aunque ya voy aprendiendo a darle una patada al pensamiento fugaz), pero creo que esta experiencia me será enriquecedora. Aprendiendo lo que quiero, lo que no quiero, y sobre todo con qué tipo de persona no me gustaría volver a compartir nada.
Un día llegará alguien maravilloso que me enseñará que amar no duele, y que se puede vivir, sumar y ser feliz.